
Ella habla con él sobre escritos y poemas de sexo y masturbación, todos estamos al rededor de la llama buscando luz y calor, expuestos al frío, brisas y oscuridad que nos otorga la noche. Yo fingía escucharlos mirando el fuego me concentraba en la llama que danzaba hacía el cielo perdiendo color y calor, mimetizandoce con las carcteristicas de una noche en el sur. Esa danza me recordaba a ti, a nuestros abrazos indósiles a los besos eternos... cuando, de la nada, él y ella desaparecen y eras tú el que estaba sentado al lado mío mirando el fuego fijamente, en tus ojos supe que imaginabas lo mismo que yo, recordando las veces en que ese calor nos invadia desde adentro y no desde afuera, cuando el calor es provocado por la pasion y no por el fuego, cuando ese calor no te repele, sino que, te atrae irremediablemente y nunca es suficiente. Siento deseos de envolver tu boca con la bravura de mis labios y que sientas la contradicción de ese beso con el pudor de mis manos al recorrerte, quiero hacerte entrar en la paradoja que siempre te ha enloquecido y de la cual nunca intentaste, realmente, escapar. Esa que hizo que contra todo presagio y llendo totalmente contra tu instinto de independencia te quedaras, te quedaras para pertenecerme, porque, querías pertenecerme, querías ser mio hasta el último instante que nos fuera otorgado y por todos aquellos que fuimos capaces de hurtar dentro de nuestras realidades paralelas. Mojé tus cigarros y me convertí en tu vicio, sasié tu sed con el rocío de mi flor, bebí de tu fuente hasta embriagarme con tu aroma y no te dejé huir hasta que la presión de tu cuerpo sobre el mio me asfixió regalándome la muerte más dulce que logré imaginar.
Volví a mi, el fuego ya se extinguió y la discusión terminó, perdí la noción del tiempo y tú ya no estás aquí. Ahora me iré a la carpa pues el frío es demasiado y mi cuerpo está mas caliente de lo habitual, el sueño se apodera de mi, pero, veo el cielo lleno de estrellas, quizá tú estés viendo el cielo tambien, quizá, ambos miramos la misma estrella en este momento, quizá, tú también me estás pensando en este momento -me llaman para ir a la carpa- reímos mientras nos desvestimos y volvemos a vestir. Ya cada una en su saco quedamos en silencio y antes de caer profúndamente dormida lo que tengo en mi cabeza, otra vez, eres tú.
Por Melody...